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  • Foto del escritorJuan P. Lema

¿Sabes cuánto tiempo dedicas a WhatsApp?

Actualizado: 1 jul 2022

Averigua cuánto tiempo dedicas a WhatsApp con la funcionalidad que trae tu celular y luego aplica algunas de las recomendaciones que te doy para que lo disminuyas.


WhatsApp, al igual que otros sistemas de mensajería como Skype y Telegram, son increíbles para agilizar las comunicaciones en general y el trabajo en particular. No voy a entrar a discutir sobre la inmediatez que le ha dado a las conversaciones, no solo con otra persona sino también con grupos completos.


Cuando es bien utilizado, puede convertirse en un aliado de nuestra productividad. Sin embargo, cuando en lugar de ponerlo a nuestro servicio nos ponemos al servicio de él y cuando, en lugar de controlar su uso, lo mantenemos abierto todo el tiempo y nos la pasamos mañana, tarde y noche pendientes de sus notificaciones, no solo en el celular sino también en el computador, ahí es cuando se convierte en el principal ladrón de tiempo que se ha identificado hasta el momento.


El gran problema del WhatsApp y sus similares, es que nos roban el tiempo gota a gota. Son como los conocidos créditos que llevan este nombre. Poco a poco nos van quitando todo lo que tenemos y cuándo uno se da cuenta y reacciona ya es demasiado tarde. Esto se debe a que nadie dice ‘le voy a dedicar esta media hora a responder mensajes en WhatsApp’ y por ello creemos que no le dedicamos tanto tiempo. Sin embargo, el estar de manera constante atendiendo sus notificaciones, leyendo los mensajes que nos llegan y respondiéndolos en línea, el tiempo total que le dedicamos es impresionante.


Si no me creen, vayan a la funcionalidad de sus dispositivos móviles en dónde pueden ver el tiempo en pantalla que han dedicado los últimos días a cada aplicación y podrán ver cuánto ha sido lo gastado en WhatsApp durante la última semana. En mi caso, hace unos días lo hice y me dio 58 minutos en promedio diario durante la semana, con un pico el martes de 134 minutos. Es decir, más de dos horas ese día dedicadas a revisar esta aplicación. ¡El 9% de mi día! Pero estoy seguro que mi comportamiento no es tan diferente al tuyo.


Yo he quedado sorprendido, como me imagino que lo estarás tú. ¿Cuántas cosas podría haber hecho en este tiempo? En siete horas a la semana podría haberme leído un buen libro, habría podido dedicarlas al ejercicio o habría podido verme más de tres películas en cine. Pero soy de los que digo: ‘no tengo tiempo’.


Por ello, les quiero compartir unas claves que he empezado a utilizar para diminuir el tiempo dedicado a WhatsApp y que me han ayudado a aprovechar esta herramienta de la mejor manera:


  1. Siempre que puedas ciérralo y contesta los mensajes de WhatsApp en bloque. Define en el día entre 4 a 6 momentos específicos para abrir la aplicación, entrar y responder todos los mensajes que tengas y una vez los hayas evacuado te sales. Esto equivale a manejarlo de la misma manera a como les recomendé hace unas semanas sobre cómo revisar el email.

  2. Si no la quieres mantener cerrada, al menos silencia todas las notificaciones y desactiva las ventanas emergentes que aparecen en la pantalla del celular cuando recibes un nuevo mensaje. Esto aplica para todas las conversaciones, no solo las de los grupos. El mayor tiempo que nos roba WhatsApp está asociado con la distracción y la ansiedad que nos producen las notificaciones y estos tiempos ni siquiera están medidos en el tiempo que le dedicamos en pantalla. En mi caso fueron 649 notificaciones en la semana en la que hice la revisión mencionada anteriormente.

  3. Retírate de todos los grupos que puedas. Los grupos, más que las conversaciones individuales, son los que más tiempo roban. Valida cuales son todos aquellos grupos en los que estás que no te agregan valor y retírate. No te quedes en ninguno solo por compromiso social. Y si hay alguno del que definitivamente no te puedas salir, por lo menos silencia las notificaciones (si es que ya no las silenciaste para todos como te indiqué en la recomendación anterior).

  4. Fija (o ancla) las conversaciones de aquellos contactos más frecuentes para que te aparezcan siempre al inicio del listado de mensajes. Con esto disminuirás el tiempo de búsqueda cuando les vayas a escribir.

  5. Desactiva la opción de descarga automática de imágenes, fotos y videos. No solo llenan la memoria de los teléfonos, sino que te roban tiempo después cuando entras a depurar y a borrar todo lo que ya no necesitas. Recuerda que uno de los principios de la organización es no guardar por guardar, sino guardar lo que realmente necesitas.

  6. No esperes respuesta inmediata de los mensajes que escribes. Ni tampoco respondas inmediatamente todos los mensajes que te lleguen. Es claro que estos sistemas son más inmediatos que el correo electrónico, pero no son una extensión de nuestro cuerpo. Es más, la gran mayoría de los mensajes que se reciben por WhatsApp pueden esperar unos minutos para ser respondidos, y si no pueden, te van a llamar para que los atiendas.

  7. Borra el historial de mensajes periódicamente. No tienes que mantener la bandeja del sistema lleno con las conversaciones viejas. Archiva y conserva solo aquellos que tienen datos importantes o información sensible. El resto los puedes eliminar y te sentirás menos agobiado.

  8. No lo uses como único medio de comunicación. Muchas veces es mejor llamar o reunirse con alguien durante 5 minutos que intercambiar de manera continua un montón de mensajes para tratar de resolver algún asunto, el cual la mayoría de las veces queda mal interpretado.

  9. Evita participar en cadenas de memes, chistes, mensajes motivacionales y similares. El envío de uno de estos mensajes es la autorización implícita para que a ti también te inunden con este tipo de mensajes que aunque divertidos e interesantes no agregan mucho valor a tu rutina.

  10. Escribe menos mensajes, más largos pero concretos. Evita escribir una serie infinita de mensajes cortos. Y pídele a tus interlocutores que tampoco lo hagan contigo.

  11. Haz un buen uso de los emoticones. A veces (casi siempre) se pierde más tiempo navegando el mar disponible de símbolos para encontrar aquel específico que queremos usar, que escribiendo la palabra que lo representa.

  12. Confirma la lectura de los mensajes que te llegan. Bien sea con una carita, una manito, un OK o algo similar. Los chulitos azules no están siempre activados y aunque lo estén pueden dejar una sombra de duda ante tu interlocutor y podría generar un nuevo mensaje (e interrupción) para validar que quedaste enterado o que te vas a hacer cargo de aquello que te solicitaron.

Como podrás darte cuenta, no hice ninguna referencia a los mensajes de voz y es porque soy un gran detractor de los mismos. Además, la mayoría de las personas los graban de manera distraída por lo cual no son concretos al hablar sino que divagan y dan vueltas sin cesar, haciendo aún más largos los mensajes. La mayoría de las veces los mensajes de voz que se envían por WhatsApp podrían ser reemplazados por una llamada telefónica y la comunicación sería mucho más efectiva.


Para mí, su uso equivale a volver a la época de los radioteléfonos, pero para los gustos se hicieron los colores.

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