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Foto del escritorJuan P. Lema

Cómo combatir la procrastinación

Actualizado: 2 feb 2021

Aplazar o dejar para mañana continuamente una tarea es uno de los peores enemigos de la productividad. Aprende técnicas para dejar de hacerlo.

¿Procrastinación? Puede que no sepas qué es y quizás tampoco hayas escuchado esta palabra antes en tu vida. Pero de lo que sí estoy seguro es que lo has hecho más de una vez. Sí. Te apuesto a que eres un gran procrastinador y, como esto no es algo bueno, necesitas aprender a combatirlo. Sigue leyendo y te demostraré que tengo la razón.


En el día a día todos nos enfrentamos continuamente a un montón de cosas que sentimos que no queremos hacer, pero que debemos, o nos toca, hacer. El informe que nos ha pedido nuestro jefe, un reporte que ha solicitado el área de auditoría o riesgos, realizar llamadas en frío para concretar nuevas citas comerciales, sentarse a escribir un artículo o un informe de gestión, dar retroalimentación a un colaborador, ir al gimnasio a hacer ejercicio, pedir una cita de revisión donde el médico, entre otras muchas cosas.


Puede que la procrastinación no te pase con todas estas cosas, pero sí con suficientes como para que hayas entendido el mensaje. Procrastinamos todas las cosas que tienen algo en común: su fecha límite alguna vez fue lejana y precisamente por ello, unido a que nos daba ‘pereza’ hacerlas, las fuimos aplazando continuamente, una y otra vez, hasta que llegó el momento en que su fecha límite estuvo tan cerca que finalmente nos tocó hacerlas, generalmente, a la carrera.


Estas cosas además, nos llenan de sentimiento de culpa, estrés y hasta frustración. Les damos vueltas continuamente en nuestras mentes con el propósito, pero sin el deseo, de hacerlas. Para al final, terminarlas aplazando. No importa que las anotemos en nuestra lista única de pendientes, la posponemos una y otra vez mientras podamos.


Y seguro eres como yo, que sentimos que si no tuviéramos que hacerlas seríamos mucho, pero mucho más felices y efectivos.


POR QUÉ PROCRASTINAMOS


Hay autores sostienen que la procrastinación no es causada por la flojera sino por el manejo de las emociones.


Para que esto no te pase, en lugar de aplazar, o mejor procrastinar, este tipo de actividades que te incomodan, lo primero que debes hacer es identificar por qué lo estás haciendo. Qué es lo que te lleva a no abordar algo que sabes que tarde o temprano tendrás que hacer.


Encontrar y entender la razón que te lleva a comportarte de esta manera no te dará la solución, pero te ayudará a ser consciente de cómo al procrastinar te estás haciendo daño a ti mismo y te dará luces de cómo podrías gestionarla.


En general podría decirse que procrastinamos para sentirnos mejor en el corto plazo (evitamos hacer algo que no queremos), pero en realidad lo que estamos haciendo es postergando o prolongando el tiempo en el que vamos a sentirnos peor por no haberlo hecho.


Sin embargo, en concreto existen tres razones por las cuales procrastinamos:


  1. Tememos equivocarnos o hacer algo mal. La mejor forma para contrarrestar este enfoque es pensar en todo lo malo que te pasaría si no realizas esta actividad. Es decir, llegar a asustarse tanto con las consecuencias de no hacer algo, que verás que es mejor abordar la actividad, así te equivoques o no lo hagas perfecto, que no abordarlo.

  2. Nos da pereza o no queremos hacer algo. En realidad uno no tiene que sentirse con ganas de hacer algo para hacerlo. No debemos darle tanta autoridad a nuestros sentimientos. Hacer algo no requiere de inspiración o de entusiasmo, requiere de decisión y dedicación.

  3. Sentimos que es difícil o aburrido. Lo mejor para este tipo de cosas es fijarse un plan detallado que nos indique qué hacer y cuándo hacerlo. Es decir, atar el empezar a hacer algo a una hora de inicio que nosotros mismos nos pongamos o a un hecho que detone el inicio de la actividad. De esta manera evitamos dejar a cargo de nuestra fuerza de voluntad, la cual por lo general es bien débil, el empezar a ejecutar algo y se lo otorgamos a un reloj o a un hecho externo como finalizar otra actividad, disfrutar de una recompensa, etc.

CÓMO COMBATIRLa


Ahora bien, puede que las razones por las cuales procrastinas sean claras sin embargo te dé dificultad abordar las recomendaciones que te he dado para combatirla. También es posible que no seas capaz de identificar la razón por la cual dejas las cosas continuamente para mañana y por ende se te dificulte aún más llegar a la acción.


Por ello te quiero compartir tres técnicas que te pueden ayudar a evitar la procrastinación, sin importar cual sea la razón por la cual lo hagas:


1. Parte las tareas.


Las tareas, como todo en la vida, son más fácil de abordar por pedazos que como un todo. Como dice el adagio popular: ‘El elefante hay que comérselo a mordiscos’. Esto, no solo porque es más fácil, sino porque todos tenemos o encontramos tiempo en nuestras agendas para hacer tareas pequeñas, pero difícilmente encontraremos espacio para hacer algo grande, que nos tome mucho tiempo, y menos si es algo que no nos gusta ni nos genera placer.


Por ello, en lugar de leerte un libro, fíjate como tarea leerte un capítulo; en lugar de hacer un informe, ponte como objetivo escribir una página; en lugar de hacer una presentación, fíjate como meta hacer tres diapositivas. Recuerda que esto es una clave para la fijación de metas.


2. Trabaja 5 minutos.


La mayor dificultad que encaramos al momento de realizar una tarea que hemos procrastinado es empezar. Porque una vez empezamos, por lo general, nos damos cuenta de que no es tan difícil ni tan aburridora como pensábamos. Y por ello una vez empezamos seguimos adelante hasta terminar.


Por ello, fija el cronómetro en cuenta regresiva por 5 minutos y disponte a trabajar en una tarea que hayas procrastinado. Cuando suene el reloj al final del plazo, lo más seguro es que decidas continuar porque ya te montaste en la inercia. Pero si eso no pasa, no te castigues ni te angusties. Déjala para el día siguiente, momento en el que te volverás a fijar una meta de trabajo de 5 minutos. Continúa así hasta que la logres finalizar.


3. Imponte fechas límites.


Esta técnica es especialmente útil para aquellas personas que dicen, o sienten, que trabajan mejor bajo presión. Que dejan todo para última hora y trabajan al límite cuando la fecha de entrega se aproxima.


Mi recomendación es que uses esto a tu favor imponiéndote, tú mismo, fechas límite de entrega más cortas y de esta manera hagas fluir tu adrenalina a favor tuyo para que te fuerces a terminar cuanto antes todo aquello que te da pereza o te lleva a procrastinar.


Como recomendación final y conclusión general, evita tener situaciones de deliberación frente a si debes o no hacer algo que te parece difícil o no te genera satisfacción. Prográmate para hacerlo, fija un espacio y un momento para ello y empieza, como si fuera una orden y no una opción. Verás que con esto combates la procrastinación.

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