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Foto del escritorJuan P. Lema

5 problemas que trae trabajar desde casa

Trabajar desde casa, como todo en la vida, tiene su lado bueno y su lado malo. Mantente alerta a estas cinco situaciones que podrían causarte grandes problemas.

Trabajar desde casa es, desde mi punto de vista, una de las mayores bondades que nos dejó la pandemia. Algo que hasta principios de 2020 parecía imposible en la mayoría de los cargos y las empresas, se ha vuelto hoy una práctica generalizada en casi todas las compañías y, me atrevería a decir, es ahora una de las principales variables a evaluar por los candidatos a la hora de postularse a una vacante, especialmente entre las personas más jóvenes.

Y aunque amo trabajar desde casa y lo hago la mayoría de los días de la semana, basándome en ventajas como la disminución de los tiempos de desplazamiento, contar con más tiempo para mis actividades personales, tener la posibilidad de comer de manera más sana, evitar tener que madrugar tanto (dado que vivo en las afueras de la ciudad), ahorrarme congestiones y esperas improductivas mientras me reciben en una cita (si es que no llegan a cancelarla a última hora), entre muchas otras cosas, debo admitir que trabajar desde casa no trae consigo únicamente cosas positivas.


Diversos estudios han demostrado, que tras la implementación del trabajo en casa hay cinco problemas, a nivel personal, que han incrementado en la mayoría de las personas. Y aunque no todos somos iguales ni nos afectan las cosas de la misma manera, es bueno que tengas presente estas cinco situaciones para que no te vayan a generar dificultades en un futuro, si es que trabajas desde casa.

  1. MAYOR SEDENTARISMO: es una realidad que el día que trabajamos desde casa nos movemos menos. No tenemos que caminar ni siquiera al parqueadero de la casa ni al paradero del bus. Tampoco nos tenemos que desplazar en la oficina por los corredores, al cafetín ni al restaurante. No vamos de un escritorio a otro para conversar con algún compañero ni nos movemos siquiera para desplazarnos a una sala de reuniones. Sé que cada uno de ellos parece un desplazamiento menor, pero la suma de todos hace una gran diferencia en el día a día. Si no me creen, analicen los resultados de desplazamiento en sus dispositivos móviles comparando un día en el que vayan a la oficina con otro en el que no salgan de casa. Es abrumador; se los aseguro.

  2. DIFICULTAD DE DESCONEXIÓN: la carencia de fronteras físicas y de horarios de entrada y salida de la oficina, así no se maneje de manera estricta sino como mero formalismo, hace que nos sea más difícil desconectarnos. Por ello, muchas personas sienten que trabajar desde casa implica estar conectado 24/7 y empiezan a responder mensajes y córrenos tan pronto abren los ojos, sin haberse levantado siquiera de la cama, y lo hacen durante todo el día e incluso hasta en la noche, cuando deberían estar compartiendo con su familia, como si el teléfono fuera su jefe. De la misma manera, realizamos actividades del hogar como doblar la ropa, cocinar y hasta comer, mientras estamos conectados a una reunión o incluso trabajando. Esto, aunado a que ver el computador sobre la mesa, incluso después de haberlo apagado, hace que nuestra mente siga pensando en todo lo que tenemos pendiente por hacer, haciendo más difícil la desconexión.

  3. FALTA DE AUTOCUIDADO: al principio de la pandemia, cuando todos estábamos trabajando desde casa y no podíamos salir ni a la esquina, fue satisfactorio para muchos el no tener que arreglarse demasiado y trabajar incluso en ropa de descanso, de pantuflas o hasta en pijama. Sin embargo, esta hábito pasó de ser un acto de comodidad a convertirse en un símbolo de desarreglo, falta de cuidado y hasta de amor propio. Las personas no debemos arreglamos por los demás, sino por nosotros mismos. Ponernos la ropa que nos encanta y nos hace ver bien, peinarnos, maquillarnos, afeitarnos, usar el perfume o la loción que nos gusta y, en general, hacer lo que esté a nuestro alcance para vernos y sentirnos bien, aumentan nuestra motivación y por ende nuestra productividad.

  4. MENOR SOCIALIZACIÓN: quedarnos en casa y no ir a la oficina implica disminuir o incluso eliminar el contacto informal con las personas con las que trabajamos. Ya no hay conversaciones de pasillo ni socialización en las mañanas mientras nos tomamos un café para averiguar por las actividades del fin de semana de nuestros compañeros, comentar la última serie de Netflix o compartir las experiencias vividas en un restaurante, un cine o un viaje. Pero además, al no salir de casa, somos más propensos a no organizar actividades sociales al final de la jornada. Muchos pensamos que no se justifica arreglarnos y desplazarnos en la tarde, dado que no lo hicimos desde la mañana. Esta falta de socialización, tanto en lo laboral como en lo personal, incrementa en el largo plazo los problemas de salud mental, la sensación de soledad, el desánimo, la falta de energía y hasta conlleva a problemas de depresión.

  5. DESORDEN ALIMENTICIO: aunado a la carencia de horarios más estrictos, que se dan por el mismo entorno de las oficinas en donde las masas se mueven acordes con prácticas conocidas y aceptadas, contar con la posibilidad de tener la nevera y la alacena siempre a la mano hace que no solo comamos más, sino también a deshoras. Muchas veces aceptamos o citamos reuniones en el horario del almuerzo y optamos por almorzar más tarde o simplemente nos quedamos sin tiempo para hacerlo. Por ello terminamos comiendo cualquier cosa que nos encontremos, sin fijarnos en su nivel nutricional ni en los impactos que pueda traer a nuestra salud. Y si además vives solo o no tienes quien te cocine, el reto es aun mayor porque seguramente estás cansada de cocinar o no tienes tiempo suficiente para preparar algo rico y saludable, por lo cual será un reto mayor con el cual deberás lidiar para evitar el desorden alimenticio.

Como lo expresé al principio de este artículo, el trabajo en casa es maravilloso, pero representa un reto importante frente a nuestro balance de vida. Así que tenlo muy presente, para que no te vaya a coger ventaja y no dejes de cuidarte, de hacer ejercicio, de desconectarte, de socializar y, en general, de establecer límites saludables en todos los ámbitos de tu vida. El equilibrio de tu vida depende solo de ti.


Cuéntame en los comentarios, cuáles de estos problemas te ha afectado cuando trabajas desde casa.

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