Aplica el minimalismo en estos siete espacios para que aumentes tu productividad y vivas una vida más tranquila, plena y feliz.
Si algún aprendizaje nos dejó a todos la pandemia fue que definitivamente podemos vivir con muchas menos cosas de las que tenemos. Menos zapatos, menos pantalones, menos bolsos y maletas, menos carros en la casa, y en general menos de todo.
Desafortunadamente, poco a poco la vida ha vuelto a la anterior normalidad y lo hemos ido olvidando. Y digo desafortunadamente, no desde el punto de vista del consumismo o capitalismo consciente, que no son temas que aborde en este blog, sino desde el punto de vista de la productividad. Sí. Porque definitivamente el tener menos cosas nos hace más productivos en todo sentido.
Empecemos por el sentido más simple y práctico de todos: entre menos cosas tengamos, menos tiempo estaremos dedicando a comprar, organizar, guardar, buscar, hacer mantenimiento y, llegado el fin de su uso, a botar.
Y es que es una realidad. El minimalismo es una corriente o tendencia que propende por tener lo esencial, limitar la cantidad de elementos. Lo cual, si es aplicado en nuestra vida diaria nos va a ayudar no solo a ahorrar tiempo en todo lo que hacemos, sino que nos va a ayudar a que nuestro cerebro no se agote como la batería del celular.
Tampoco vayan a pensar ahora que el minimalismo es irse al otro extremo y que mi recomendación va a ser que se deshagan de todo lo que tienen y conserven solo una unidad de cada cosa. Para nada. Aplicar el minimalismo en nuestras vidas, para hacerlas más productivas, es disponer en cada momento de lo mínimo necesario y así evitar que se nos alargue el tiempo tomando decisiones, perdamos el tiempo en una parálisis por análisis o, peor, aún, que malgastemos nuestro tiempo simplemente tratando de encontrar algo en medio de un caos acumulativo.
Y es que el minimalismo no se refiere únicamente – aunque también – a la acumulación de objetos físicos. Se refiere a la acumulación de correos, documentos, marcadores, agendas, archivos, aplicaciones, y todo tipo de herramientas e información que usamos en nuestro día a día y que decidimos conservar por si acaso, por si de pronto, porque quien sabe, o simplemente como evidencia.
El minimalismo es entonces una filosofía de vida que nos invita a que nos rodeemos solo de aquellas cosas y personas que realmente nos agregan valor en nuestra vida. El resultado esperado es que esta depuración nos dé felicidad, claridad y paz mental.
POR DÓNDE EMPIEZO
Aplicar el minimalismo no tiene que ser algo traumático, radical, absolutista ni complicado. Por ello, para ayudarte a implementarlo poco a poco, te recomendamos hacerlo en estos lugares y en este orden:
1. EL ROPERO
Empieza por tu closet. Una de las actividades que más tiempo consume a la mayoría de las personas es decidir diariamente qué se van a poner. Son innumerables los minutos que se desperdician tratando de decidir qué pantalón usar, con qué camisa y zapatos combinarlos y qué accesorios utilizar, según el clima, las actividades del día y hasta el estado de ánimo. Una buena forma de acelerar este proceso es disminuir el número de opciones que tengas para elegir. Regala toda la ropa que no has usado en los últimos tres meses, toda la que se parece entre sí y toda la que ya no te sirve o no te gusta. Conservar únicamente tres o cuatro elementos de cada tipo: jeans, pantalones, faldas, vestidos, camisas, camisetas, chaquetas, suéteres, etc. Seguro serán más que suficientes para asegurar variedad. Además aplica la técnica de que si uno entra, uno sale, para que no lo vuelvas a llenar.
2. EL ESCRITORIO
Bien sea que trabajes desde tu casa, vayas todos los días a la empresa o tengas una modalidad híbrida, es necesario que tu espacio o espacios de trabajo tengan lo mínimo posible. Empieza por retirar de tu escritorio elementos decorativos que puedan distraerte y hasta elementos de trabajo que uses poco – o no uses nunca – como marcadores, resaltadores y bolígrafos en exceso. Archiva papeles y documentos que estén a la vista. Desaste de todo aquello que hayas comprado o te hayan regalado como pocillos y libretas que no acostumbras usar.
3. EL COMPUTADOR
En nuestro computador no solo guardamos, sino que recibimos muchas cosas (documentos e información) que rara vez volvemos a utilizar. La mejor manera de depurarlo es empezando por darte de baja de boletines y correos promocionales que no usas y no te agregan valor; deja activos máximo un boletín o fuente de información por cada tema. Organiza tus documentos con una estructura y denominación adecuada para que nunca te preguntes ¿dónde está el archivo?
4. EL TELÉFONO
Nuestro teléfono pasa casi todo el día con nosotros. Por ello es tan importante depurarlo. Elimina todas las aplicaciones que algunas vez descargaste y o volviste a usar. Desactiva todas las notificaciones que puedas; recuerda que son una fuente impresionante de interrupciones y distracción. Elimina las fuentes de noticias; si algo importante pasa seguro te vas a enterar. Borra las canciones que siempre te saltas en tus listas de música. Depura tus contactos, amigos y seguidos en las diferentes redes sociales; entre menos tengas, menos tiempo te consumirán.
5. LA COCINA
En este lugar hay dos grupos grandes de elementos a depurar: utensilios y alimentos. Desaste de todos los utensilios que ya no funcionan o que no usas. Ojalá no conserves ningún utensilio que sirva solo para una cosa (por ejemplo, partidor de manzanas, rallador de zanahoria, cortador de queso, etc.). Igualmente regala o todos los elementos que tengas duplicados, alguno de los cuales solo piensas usar en ocasiones especiales o cuando el otro se dañe. Y en cuanto a los alimentos, desaste de todos los que ya están vencidos o que ya no piensas consumir. Hay muchos ingredientes y comidas que compramos para una receta en específica y nunca más los volvimos a usar. Y para controlar e nivel de abastecimiento, aplica la técnica de dos son uno y uno es ninguno.
6. EL BAÑO
¿Cuántas botellas y recipientes de champú, cremas, jabones y tratamientos tienes? ¿Cuántos realmente utilizas? Conserva solo aquellos que utilizas con regularidad y desaste de todo lo que sea redundante o que definitivamente no vayas a usar. Tenemos una sola cara y un solo cuerpo; no necesitas todas las variedades de productos que tienes guardados. Depura también tu botiquín y bota todos aquellos medicamentos que ya están vencidos.
7. LOS CAJONES
Depósitos, bodegas, estantes y cajones tienen algo en común: sirven para guardar y acumular cosas que, por lo general, nunca o casi nunca volvemos a usar. Nos los depures todos a la vez; hazlo uno a uno. Conserva aquello que sea importante o valioso para ti, aquello que uses y aquello sin lo cual no puedas vivir. Desaste de todo lo demás. Incluso los libros que ya leíste, es casi seguro que no los volverás a mirar así que dónalos a una escuela o biblioteca que los vayan a usar. No te imaginas la cantidad de espacio disponible que vas a lograr.
El minimalismo se trata de priorizar, desprenderse y ser consciente de en qué gastamos nuestro dinero y nuestro tiempo. Vuélvelo algo deliberado e intencional. Aplícalo en todos los aspectos de tu vida y verás cómo recuperas el sentido y la felicidad. No tienes que comprar todo; la mayoría de las cosas las vas a utilizar una sola vez entonces las puedes pedir prestadas. Enfócate en las personas y en las cosas que realmente importan. Es más importante la calidad que la cantidad.
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