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  • Foto del escritorJuan P. Lema

¿Vives para trabajar o trabajas para vivir?

La forma como vemos y vivimos nuestro trabajo son las principales causas de la sensación de falta de balance en nuestras vidas. Te cuento cómo lograrlo.

Vivir para trabajar o trabajar para vivir

En el mundo actual, especialmente en el hemisferio occidental, hay un gran debate frente a la aproximación que las personas tenemos frente al trabajo. ¿Debemos vivir para trabajar o trabajar para vivir?

Aquellos que trabajan para vivir ven su trabajo como un medio y no como un fin. Asumen su trabajo como una forma de ganar dinero para permitirles tener el estilo de vida que desean y poder realizar otras actividades y propósitos que tienen por fuera de su trabajo. De otro lado, los que viven para trabajar, sienten tanta pasión por su trabajo que ven en él el centro de su identidad y de su vida misma.


Sé que tú tienes tu posposición al respecto, pero ambos puntos de vista tienen sus ventajas y sus desventajas. Trabajar para vivir puede ayudarte a mantener un mayor balance de vida y evitar el estrés y el agotamiento. Sin embargo, puede llevarte a tener sentimientos de insatisfacción contigo mismo y falta de propósito.

Vivir para trabajar puede ser muy satisfactorio desde el punto de vista profesional, pero puede ser muy estresante y demandante de tiempo, llevando al desbalance o incluso a olvidar algunas otras dimensiones de la vida como la social, la familiar, la personal y hasta la misma salud física.


Trabajar por largas jornadas, atender durante el día varios frentes de trabajo, llevarse trabajo para la casa en las noches y los fines de semana, revisar el correo laboral en el tiempo personal para algunas personas es lo habitual, pero esto implica que cada vez en sus días tienen más trabajo y menos vida.


Por eso es tan importante encontrar el balance en nuestras vidas y trazar una clara línea entre nuestros trabajos y nuestra propia identidad personal. Estos límites los tenemos que fijar cada uno de nosotros y no dependen de nuestros jefes, de nuestras empresas ni de nadie más aparte de nosotros mismos. Así que, cambia tu forma de ver las cosas, deja de esperar que alguien te proporcione el balance de vida y busca tú mismo la manera de empezar a vivir la vida en balance, teniendo tiempo para todo aquello que es importante para ti.


LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO EN NUESTRAS VIDAS

El trabajo es de lejos una de las dimensiones qué más incidencia tiene en nuestra calidad de vida y en nuestra sensación de balance. Esta actividad no solo consume una tercera parte de nuestros días, sino que también dependemos de ella para sobrevivir y poder tener los recursos necesarios que nos permitan disfrutar de las otras dimensiones.

Es por esto que cuando las cosas van bien en nuestro trabajo, esto tiene un efecto positivo en nuestras vidas. Sentimos que estamos conectados con nuestro propósito, establecemos relaciones valiosas con nuestros compañeros, y desarrollamos la autoconfianza que nos hace sentir valorados, importantes y capaces de afrontar cualquier cosa.

De la misma manera, si las cosas no van bien en nuestro trabajo, si nos sentimos sobrecargados, agobiados, mal pagados o insuficientemente valorados, esto nos afecta de manera negativa en las demás dimensiones de nuestra vida. Por ejemplo, puede pasarnos que el trabajo que tenemos no nos motive y lo veamos solo como un medio para conseguir el dinero que necesitamos para vivir. En esos casos lo que nos pasa es que el trabajo como tal deja de tener sentido y la jornada laboral se nos hace eterna.


Y estos sentimientos nos acompaña aún cuando estamos por fuera de él, haciendo que nos sea más difícil relajarnos, disfrutar y divertirnos, lo cual en últimas impacta la falta de sensación de balance de vida.


CÓMO PASAR DE VIVIR PARA TRABAJAR A TRABAJAR PARA VIVIR

En general, podemos asegurar que ningún trabajo es perfecto, pero tampoco ninguno es absolutamente terrible. La mayoría se encuentra en un punto medio de este espectro, en donde a veces nos sentimos bien y otras nos dejamos agobiar por el estrés y la rutina diaria.


1. Cambia tu manera de ver las cosas


Si quieres aumentar tu sensación de balance de vida debes empezar por cambiar tu mentalidad y dejar de enfocarte en pensar tanto en aquellos aspectos que te molestan de tu trabajo y resaltar más aquellos que sí disfrutas. Finalmente tu mente termina creyendo aquello que más le repitas.


Si no te gusta tu trabajo, no lo disfrutas y no quieres pasar en él ocho horas diarias, quejándote no vas a lograr nada. Trata de conectarte con aquello que te ilusionó cuando conseguiste ese trabajo, conversa con tus amigos y colegas para que puedas ver las cosas desde otra perspectiva o habla con tu jefe para que manifiestes cómo te sientes. Pero si definitivamente esto no te funciona o no lo quieres hacer, cambia de trabajo o independízate. La solución está en tus manos.


Es decir, sé proactivo en la búsqueda de soluciones a tus problemas. Deja de quejarte de la cultura de tu empresa y de lo imposible que es tu jefe. Finalmente, el que está viviendo maluco eres tú y eso a nadie debería importarle más que a ti mismo.


2. Prioriza las cosas que te llenan


Aunque el primer paso para lograr el balance de vida es cambiar la manera de ver las cosas, esto por sí solo no es suficiente. Tienes que pasar de los deseos a la acción y esto lo logras teniendo una estrategia y un plan de acción totalmente claros que te ayuden a priorizarte poniendo de primero en tu agenda todas aquellas actividades que te gustan y que te harán sentir que estas viviendo en balance.


Empieza definiendo cuál es tu propósito o meta de largo plazo en las dimensiones familiar, social, espiritual (tu relación contigo mismo o con un ser superior) y física (tu salud y tu cuerpo). Tener claro lo que quieres lograr, a dónde quieres llegar, es la base para decidir qué tienes que hacer. Es la guía que te dirá si tus acciones están alineadas con tus deseos y te permitirá identificar más fácilmente cuándo estás o no propiciando tu balance de vida.

Luego, define una serie de actividades, o plan de acción, que te encamine hacia el logro de esos propósitos o metas de largo plazo. Acciones simples pero sencillas que aunque no te lleven de una vez hasta allí sí te vayan acercando.


Por ejemplo, si tu deseo es tener una relación estable y armoniosa con tu pareja empieza por listar las actividades que disfrutan haciendo juntos como ir a cine, salir a comer, viajar o compartir un café. Y una vez las tengas identificadas, agenda momentos en tu calendario para que las realices, obviamente contando con la aprobación y el interés de la otra persona. Ten en cuenta que los seres humanos tendemos a hacer lo que tenemos programado y por ello anotar las actividades personales en el calendario es una muy buena técnica para evitar que el trabajo te consuma tu tiempo personal.


Recuerda que estas acciones que están relacionadas con el cumplimiento de tus propósitos personales son las más importantes que tendrás cada día y por ende no deberías posponerlas ni cancelarlas, y mucho menos si se debe al cruce con una actividad laboral.



3. Implementa el cambio poco a poco

No trates de cambiar de un día para otro y pasar de no tener tiempo para ti a que todos los días tengas un montón de horas disponibles fuera del trabajo. Todo cambio, por bueno que sea, si es radical termina siendo traumático.


Así que haz una evolución paulatina empezando por agregar una o dos actividades a la semana y en la medida en que te vayas sintiendo más cómodo puedes ir aumentándolas hasta que alcances un nivel con el que estés satisfecho frente a tu balance de vida.


Además, vas a ir notando que en la medida en que va mejorando tu sensación de balance te vas a empezar a sentir más productivo y satisfecho con tu trabajo. Varios estudios han demostrado que las personas que están satisfechas con su vida personal tienen mejor desempeño laboral.


Esto que te invito a hacer no es un trabajo largo ni complejo. Réglate media hora para identificar y priorizar tus necesidades personales, de manera que puedas vivir una vida con más plenitud. No te dé miedo sacar tiempo para ti. Es necesario si quieres recuperar el balance y vivir la vida que siempre has soñado.


Sin embargo, no pierdas de vista que todos somos diferentes y la mejor posición es diferente para cada uno. El balance de vida es relativo y cada uno debe saber qué significa balance para sí mismo. Por ello, lo importante es que tú tengas clara cuál es tu aproximación a esta paradoja, qué tienes que hacer para lograrlo y seas consecuente con sus ventajas y desventajas pues tenerlo todo es imposible en la vida.



Inspirado en Shifting from Work-Life to Life-Work Balance de Intelligent Change (2021). https://www.intelligentchange.com/blogs/read/shifting-from-work-life-to-life-work-balance

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