Si eres de los que ha querido implementar nuevos hábitos en su vida, pero se te dificulta lograrlo, aplica el sistema del triple 2 para que puedas alcanzarlo.
El sistema del triple 2 es una sistema conformado por tres reglas que se combinan y se ponen en práctica al mismo tiempo para maximizar sus resultados. Estas reglas son: la regla de los dos minutos, la regla de los dos días y la regla de los dos años.
Si ya estás familiarizado con alguna de ellas, coincidirás en que cada una es grandiosa de manera independiente. Pero cuando se combinan, y se ponen en práctica de manera simultánea, son aún más poderosas y permiten alcanzar resultados prácticamente inesperados.
Este sistema tiene muchas aplicaciones relacionadas con la optimización del tiempo, sin embargo es especialmente potente en la creación de rutinas, nuevos hábitos y en el desarrollo de habilidades que te permiten vivir de una manera más efectiva y sin tanta angustia ni estrés. En últimas, podría decirse que te permiten lograr más resultados en menos tiempo, sintiendo que alcanzas el balance de vida que tanto anhelas.
LA REGLA DE LOS DOS MINUTOS
Existen dos reglas de los dos minutos, ambas relacionadas con cómo combatir la procrastinación. Una, creada por Davide Allen, que indica que cualquier cosa que te tome menos de dos minutos debes realizarla inmediatamente te expongas a ella, en lugar de dejarla para después. Y otra, diseñada por James Clear, que es la que hace parte de este sistema y que además ayuda con la implementación de hábitos, que indica que las nuevas actividades deben realizarse inicialmente por periodos de tiempo cortos, no superiores a los dos minutos.
Seguro estarás pensando que no tiene sentido leer una página o meditar por un par de minutos cuando lo que quieres es leerte un libro o adquirir el hábito de meditar. Sin embargo, lo que esta regla busca es que adquieras el hábito de empezar a hacer algo. Una vez se vuelve costumbre hacer algo, es mucho más fácil aumentar el tiempo que le dedicas a esta actividad. Por el contrario, si te fuerzas a hacer algo y al mismo tiempo a hacerlo por un periodo largo de tiempo, estás incrementando altamente el grado de dificultad.
Podría decirse que primero debes estandarizar un hábito y luego se puede optimizar. Entre más se estandarice el inicio de la actividad, más probable será que la realices y dediques más tiempo a la misma. Y es que pasar de cero a la meta que queremos es normalmente muy retador. Sin embargo, pasar de cero a dos minutos de ejecución es algo tan fácil que prácticamente no nos causa dolor ni incomodidad. Luego, poco a poco, lo puedes ir aumentando hasta lograr dedicar el tiempo deseado a dicha actividad.
LA REGLA DE LOS DOS DÍAS
Esta regla indica que no hay que ser perfectos ni hacer las cosas el 100% de los días. Dejar pasar un día sin hacer algo no tiene problemas. Sin embargo, cuando se quiere implementar un hábito en nuestras vidas la consistencia es primordial y por ello nunca deberían pasar más de dos días seguidos sin que realices aquella actividad que quieres incorporar en tu vida diaria.
Está bien y es entendible que algún día no la hagas. No hay por qué sentirse mal ni castigarse por ello. Esto no significa que hayas perdido la batalla o que sea un imposible en tu vida. Pero no puedes dejar que al día siguiente se te vuelva a pasar. Por ello debes perdonarte, entender que está bien fallar y, sobre todo, analizar qué situación o emoción te llevó a procrastinar, de manera que puedas tomar medidas para que al día siguiente no vuelva a suceder.
Esta regla se basa en que si dejas que pasen dos días seguidos sin que realices algo, es más probable que se sumen un tercer y un cuarto día, hasta que se vuelva mucho más difícil volver a empezar y termines por abandonar el hábito que apenas quieres comenzar. Es la forma de buscar un justo balance entre flexibilidad y disciplina. Es mejor ser consistente que perfecto.
LA REGLA DE LOS DOS AÑOS
La regla de los dos años promueve que mantengamos la consistencia en la implementación de los hábitos por dos años continuos sin renunciar. Es decir, aplica la regla de los dos días al menos durante dos años.
No solo dos años son un tiempo suficiente para evidenciar el progreso y los beneficios que el nuevo hábito han traído a tu vida, sino que no llegan a ser un periodo tan largo como para sentir que es una meta tortuosa o inalcanzable.
Y realmente lo importante es que cuando se nos vuelve habitual hacer algo durante dos años, podemos decir que nuestra identidad realmente cambió y que eso que antes no hacíamos o hacíamos de manera ocasional, ahora es algo habitual o que hace parte de nuestro día a día. Que además implementamos de forma incremental y prácticamente sin dolor, gracias a la combinación de estas tres reglas.
Seguramente has escuchado que algo que se realice durante 21 días continuos se vuelve un hábito, pero ¿crees que tras correr durante 21 días puedes llamarte a ti mismo un corredor? En cambio, alguien que ha corrido durante dos años seguidos, casi todos los días de la semana, sí es claramente un corredor. Y una vez que dices que eres un corredor te será menos fácil dejar de correr.
De la misma manera, una persona que ha leído durante 21 días no es un lector. Pero alguien que lee todos los días durante dos años sí se puede decir que es un buen lector y una vez te describes como un lector, será más difícil dejar de leer.
Así que si quieres ser exitoso en cualquier ámbito de tu vida necesitas práctica, persistencia y paciencia, lo cual equivale a aplicar la regla de los dos minutos, la regla de los dos días y la regla de los dos años respectivamente.
Te invito entonces a que pongas en práctica este sistema en tu trabajo, en las actividades que realizas en tu tiempo libre y hasta en las tareas que debes realizar en tu vida personal. Desde el establecimiento de hábitos como despertarte temprano, comer saludablemente, aprender algo nuevo todos los días y practicar ejercicio, hasta la revisión de correos en bloques de tiempo, el trabajo concentrado y profundo sin interrupciones o la implementación de la técnica pomodoro.
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