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¿Y si la clave no es hacer más, sino hacer menos?

  • Foto del escritor: Juan P. Lema
    Juan P. Lema
  • hace 7 días
  • 3 Min. de lectura

Si eres de los que cree que estar ocupado es sinónimo de ser productivo, pon en práctica estas diez recomendaciones para que descubras que la clave no es hacer más, sino hacer menos.


la clave no es hacer más, sino hacer menos

Vivimos en una cultura que glorifica la productividad, donde estar ocupado es sinónimo de éxito. Sin embargo, esta carrera constante puede llevarnos al agotamiento, la ansiedad y la desconexión de lo que realmente importa. Ahora, ¿qué sentirías si te dijera que al bajar el ritmo puedes ganar más claridad, bienestar y felicidad?


Adoptar una mentalidad de vida lenta no significa renunciar a tus responsabilidades, sino elegir conscientemente cómo y en qué invertir tu tiempo y energía. Es decir, aprender a decir sí lentamente y tener claro todo lo que no deberías hacer.


Aquí te comparto diez claves para desacelerar, disfrutar el momento y reconectar contigo mismo, porque menos prisa es más vida:


1. Redefine tus prioridades


Comienza por identificar qué actividades y compromisos realmente aportan valor a tu vida. Pregúntate:


  • ¿Esto me acerca a mis objetivos personales o profesionales?

  • ¿Me genera alegría o simplemente lo hago por obligación?

  • ¿Cómo me sentiré después de hacerlo: recargado o agotado?


Al responder estas preguntas, podrás tomar decisiones más alineadas con tus verdaderas prioridades.


2. Abraza el JOMO (Joy of Missing Out)


El JOMO, o la alegría de perderse de algo, es el antídoto perfecto contra el FOMO (Fear of Missing Out). Se trata de encontrar satisfacción en decir "no" a actividades que no resuenan contigo y disfrutar del momento presente.


En lugar de sentir culpa por no asistir a una reunión social, celebra tu elección de priorizar tu bienestar. Dedica ese tiempo a leer, meditar o simplemente descansar.


3. Simplifica tu entorno


Un espacio ordenado y libre de excesos puede tener un impacto positivo en tu mente. Deshazte de objetos que no utilizas y organiza tu hogar de manera que te inspire calma. 


Recuerda: menos es más. Un entorno sencillo facilita una vida más tranquila y enfocada.


4. Establece rituales diarios


Incorpora pequeñas rutinas que te conecten contigo mismo y te permitan comenzar y terminar el día con intención. Puede ser una caminata matutina, escribir en un diario o disfrutar de una taza de té sin distracciones.


Estos momentos de pausa te ayudan a centrarte y a reducir el estrés acumulado.


5. Desconéctate para reconectar


La tecnología es una herramienta poderosa, pero su uso excesivo puede alejarnos del presente. Establece límites en el uso de dispositivos electrónicos: apaga las notificaciones, establece horarios sin pantallas y dedica tiempo a actividades sin tecnología.


Al desconectarte del mundo digital, te abres a experiencias más significativas en el mundo real.


6. Practica la atención plena


La atención plena, o mindfulness, consiste en estar plenamente presente en el aquí y ahora. Al realizar tareas cotidianas, como comer o caminar, hazlo con conciencia, prestando atención a cada sensación y pensamiento sin juzgar.


Esta práctica te permite reducir la ansiedad y disfrutar más de cada momento.


7. Valora el tiempo libre


El ocio no es un lujo, es una necesidad. Permítete momentos de inactividad sin sentir culpa. Estos espacios son esenciales para la creatividad, la reflexión y el bienestar emocional.



8. Cultiva relaciones significativas


Dedica tiempo a las personas que realmente importan en tu vida. En lugar de múltiples interacciones superficiales, busca conexiones profundas y auténticas.


Compartir momentos de calidad con seres queridos enriquece tu vida y fortalece tu red de apoyo emocional.


9. Escucha a tu cuerpo


Muchas veces ignoramos las señales físicas que nos piden bajar el ritmo. Fatiga constante, dolores de cabeza o tensión muscular son alertas claras. Haz pausas, duerme lo necesario y cuida tu alimentación.


El cuerpo es sabio. Escúchalo. Responder a sus necesidades es una forma poderosa de reconectar contigo.


10. Regálate momentos de silencio


El ruido constante agota. Prueba estar en silencio por algunos minutos cada día. Sin música, sin televisión, sin conversaciones. Solo tú y tus pensamientos.


Este hábito, aunque simple, te ayuda a escuchar tu voz interior y a tomar decisiones más conscientes.



Elige vivir con intención. Bajar el ritmo no significa hacer menos, sino hacer lo que realmente importa. Al adoptar una mentalidad de vida lenta y abrazar el JOMO, puedes encontrar mayor satisfacción, equilibrio y bienestar en tu día a día.


Recuerda que cada elección cuenta. Al decir "sí" a lo que te nutre y "no" a lo que te drena, estás construyendo una vida más plena y consciente.


¿Te gustaría profundizar en estas prácticas y aprender a integrar la vida lenta en tu rutina diaria? En Time Es Cool, ofrecemos talleres y programas diseñados para ayudarte a reconectar contigo mismo y vivir con intención. Contáctanos y da el primer paso hacia una vida más pausada y significativa.



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