Diez principios para organizar tu vida
- Juan P. Lema
- 26 jun
- 5 Min. de lectura
Si a veces sientes que todo lo que te rodea es un caos, aplica estos diez principios para organizar tu vida y recuperar esa sensación de tranquilidad.

¿Te has sentido alguna vez como si fueras un malabarista en un circo, intentando mantener todas las pelotas en el aire? El trabajo, la familia, los amigos, el ejercicio, la casa, los proyectos personales… Y cuando por fin tienes una cosa bajo control, otra se te escapa entre los dedos. Tranquilo, no eres el único a quien le pasa esto. Hoy voy a compartir contigo un marco de trabajo que te ayudará a poner orden en ese caos aparente en el que estas viviendo y que te permitirá organizar tu vida o por lo menos los aspectos que se te están saliendo de control.
1. Los hábitos son tus mejores aliados
Olvídate de la fuerza de voluntad: los hábitos son el verdadero secreto para mantener tu vida organizada. No se trata de transformar tu rutina de la noche a la mañana, sino de identificar pequeños cambios que puedas mantener en el tiempo. Algunas ideas para empezar:
Si quieres leer más, deja un libro en la mesita de noche y lee cinco páginas antes de irte a dormir.
Para mantener la casa ordenada, haz la cama inmediatamente te levantes y lava los platos después de cada comida.
Si buscas hacer más ejercicio, prepara la ropa deportiva la noche anterior y déjala a la vista.
Para mejorar tus finanzas, configura una transferencia automática a tu cuenta de ahorro el día que te paguen la nómina.
Activa el control de tiempo para Instagram, TikTok o aquella red social que más tiempo te consuma.
2. Planifica, pero sin obsesionarte
La vida es impredecible y nuestros días están llenos de imprevistos, pero eso no significa que debas vivir a la deriva. Te propongo una rutina de planificación semanal que deberías aplicar idealmente los viernes en la tarde con el fin de propiciar el descanso y la desconexión mental los fines de semana:
Revisa tus logros de la semana; necesitas mantener la moral alta y reconocer los logros, por pequeños que sean, es una buena manera de hacerlo.
Identifica las tres prioridades de la siguiente semana y asegúrate de tener tiempo disponible para ellas.
Programa las tareas importantes en tu calendario, tanto personales como laborales; lo que no está en el calendario, no existe.
Sobreestima el tiempo que crees que te tomará cada tareas. Es mejor tener tiempo extra que andar todos los días corriendo.
3. Acepta quién eres realmente
Conócete a ti mismo y deja de luchar contra tu naturaleza. La herramienta más efectiva es la que se adapta a ti y a tu personalidad, no al revés. Ejemplos prácticos de cómo adaptar las técnicas a tu estilo:
Si eres nocturno, organiza tus tareas importantes para la tarde o principios de la noche, que es cuando tienes tu nivel de energía más alto, en lugar de tratar de hacerlas a primera hora que es cuando se recomienda abordarlas.
Si te cuesta meditar sentado y quieto, prueba la meditación caminando o mientras trotas.
Si el gimnasio te aburre, apúntate a clases de baile, caminatas al aire libre o deportes de equipo que te gusten.
4. La consistencia vence a la perfección
¿Sabes qué es mejor que un día perfecto? Cien días buenos. Olvídate del "todo o nada" y abraza el progreso gradual. Es preferible hacer algo al 80% todos los días que buscar la perfección y abandonar a la primera dificultad. Por ello:
En lugar de una limpieza profunda mensual, dedica 15 minutos diarios a ordenar.
Si quieres ahorrar, mejor $50.000 cada mes que intentar ahorrar $1.000.000 cuando te paguen la prima.
Para aprender un idioma, dedicar 10 minutos diarios es mejor que 2 horas cada fin de semana.
Si quieres hacer más ejercicio, una caminata diaria de 30 minutos es mejor que un maratón ocasional.
5. El equilibrio no es negociable
Tu energía no es infinita, aunque a veces lo olvides. Recuerda que no manejamos nuestro tiempo sino nuestra energía. Dormir bien, pasar tiempo con tus seres queridos y desconectar no son lujos: son necesidades. Si te saltas estas pausas, acabarás pagándolo con intereses en forma de estrés y agotamiento. Así que propicia el equilibrio en tu vida con acciones como:
Establecer una hora fija para dejar de mirar el correo del trabajo en lugar de tenerlo abierto durante toda la jornada. Y ojalá siempre sea después de haber realizado la actividad más importante del día.
Programar "citas contigo mismo" en el calendario para que hagas cosas que te apasionen. El tiempo contigo es vital para tu salud física y mental.
Crear un ritual de desconexión antes de dormir en la que evites las pantallas.
Mantener los fines de semana libres de tareas y compromisos laborales.
6. Aprende a decir "no"
No puedes hacerlo todo, y está bien. Priorizar significa elegir conscientemente qué pelotas dejar caer. Cuando aprendes a decir "no" a lo que no es esencial, creas espacio para lo que realmente importa utilizando alguna de estas formas prácticas de decir que no:
Me encantaría ayudarte, pero tengo demasiados compromisos para hacerlo bien.
No puedo ayudarte con eso, pero conozco a alguien que podría.
Esta semana no puedo, ¿podrías programarlo para el mes que viene?"
7. Menos es más (en serio)
El desorden físico crea desorden mental. Simplifica tu espacio, tu agenda y tus compromisos. ¿Realmente necesitas todas esas aplicaciones? ¿Todos esos objetos? ¿Todas esas reuniones? Sigue estos pasos concretos para simplificar tu vida:
Aplica la regla del uno dentro/uno fuera con la ropa que compras.
Desinstala las aplicaciones que no has usado en el último mes.
Limita el número de redes sociales que utilizas y las cuentas o personas que sigues en cada una de ellas.
Mantén solo las reuniones verdaderamente necesarias y di que no a todas las demás.
8. Mide tu progreso (pero sin obsesionarte)
No puedes mejorar lo que no mides. Una revisión semanal rápida te ayudará a ver qué funciona y qué no. No necesitas convertirte en un científico de datos de tu propia vida, pero sí ser consciente de tus avances. Estas son unas herramientas sencillas para hacer seguimiento:
Una lista de implementación de los hábitos que quieres mejorar.
Un registro simple de gastos para que sepas en qué se te está yendo el dinero.
Notas breves sobre tus niveles de energía en diferentes momentos del día y diferentes días de la semana para que identifiques cuándo eres más productivo.
Una revisión mensual de tus objetivos y de cómo estás avanzando en su cumplimiento.
9. Automatiza lo que puedas
Tu energía mental es valiosa: no la desperdicies en tareas repetitivas ni operativas. La tecnología está ahí para ayudarte, úsala. Estos son algunos ejemplos prácticos de como aprovechar la automatización:
Configura pagos automáticos para facturas recurrentes.
Programa envíos automáticos de correos repetitivos.
Configura filtros o reglas para depurar tu bandeja de correo electrónico.
10. Mantén la puerta abierta a los experimentos
La organización no tiene que ser aburrida. La vida organizada debe dejar espacio para la aventura y el descubrimiento. Estas son algunas ideas para mantener la frescura en tu rutina:
Prueba una nueva receta cada semana.
Cambia tu ruta al trabajo de vez en cuando.
Aprende algo nuevo cada mes.
Reorganiza tu espacio de trabajo o tu cuarto cada trimestre
Prueba nuevas formas de hacer las cosas.
Cambia tus rutinas cuando se vuelvan monótonas.
Recuerda, estos principios son una brújula no una regla que no se puede cambiar. Algunos días serán más organizados que otros, y está bien. Lo importante es mantener el rumbo general sin obsesionarse con la perfección diaria.
Y si algún día todo se desmorona, respira profundo y recuerda: mañana es un nuevo día para volver a empezar. La organización no es un destino, es un viaje. Y ahora ya tienes el mapa detallado para recorrerlo.
Escribe en los comentarios ¿por cuál de estos principios vas a empezar?