Trabajar menos sin disminuir los ingresos depende del tiempo que dedicas a trabajar y de cuanto valen tus horas. Aprende a controlar estas dos variables para que estén a tu favor.

Me he encontrado en la vida con muchas personas que desean trabajar menos pero sin disminuir la cantidad de dinero que ganan o reciben. Y me atrevería a asegurar, que si tú estás leyendo este artículo es porque esta idea también ronda o ha rondado tu cabeza.
Y es que en efecto, para mí, este es el principio de la productividad: lograr los mismos resultados dedicando un menor tiempo al proceso. O, visto de otra manera, lograr más resultados en el mismo tiempo. Al final, las dos miradas significan lo mismo y lo que buscan es que podamos trabajar menos tiempo ganando al menos el mismo monto de dinero.
Por ello, en este artículo te quiero revelar la fórmula para lograrlo y te detallaré varias formas de conseguirlo. Pero de manera resumida puedo anticiparte que para trabajar menos, manteniendo tu nivel de ingresos, tienes que optar por una de las siguientes dos alternativas o por una combinación de ambas:
Disminuye las horas de trabajo
Haz que tu tiempo valga más
Veamos en detalle como llevar a la realidad estas dos alternativas.
DISMINUYE LAS HORAS DE TRABAJO
El objetivo de esta opción es que optimices el tiempo que dediques a trabajar, volviéndote más consciente de cuándo estás realmente trabajando y cuando estás practicando el seudotrabajo. Es decir, cuando estás haciendo cosas simplemente por la necesidad de llenar u ocupar un horario. Acá, es muy importante tener presente la Ley de Parkinson en el manejo del tiempo, pues si no le fijas tiempo a las tareas, ellas se van a ir alargando, ocupando tanto tiempo como les permitas.
Una forma fácil de ponerlo en práctica es manejar el tiempo como el dinero. En lugar de empezar a gastarte el tiempo con una tarea, sin saber cuánto te va a tomar, antes de empezar analízala y decide cuánto tiempo merece o amerita. Una vez hecho esto, pon un cronómetro y empieza a trabajar en ella hasta que el tiempo se agote. Verás como, sin darte cuenta, empiezas a dedicar menos tiempo a cada actividad y terminarás en una hora aquello a lo que antes le dedicabas tres. Este es uno de los principios de la técnica pomodoro.
Ahora, esta no es la única forma de disminuir las horas que dedicas a trabajar. Hay muchas otras cosas que puedes hacer. Por ejemplo:
Decir que no: ten presente que cada vez que no eres capaz de decir que no estás llenando tu agenda y ocupando tu tiempo con cosas de otros en lugar de dedicártelo a ti o a las cosas que quieres.
Responder mensajes en bloques: en lugar de tener tu bandeja de correo y tus chats abiertos todo el tiempo y estar presto para responderlos de manera inmediata, separa dos o tres momentos en el día para responder en bloque los mensajes que te hayan llegado y así aprovechas la bondad que trae agrupar tareas similares.
Limita las reuniones: no solo puedes asistir a menos reuniones, evitando ir a aquellas que no tengan claro su objetivo, temas a tratar o la forma como vas agregar valor en ellas, sino que también puedes liberar tiempo reduciendo la duración de cada reunión. Quitándole 10 o 15 minutos a cada una marcarás la diferencia.
Elimina las distracciones: identifica y controla las principales formas y fuentes de distracción o interrupción, para que el tiempo en el que trabajas sea lo más productivo posible y evites que la conexión y desconexión que genera en tu mente toda interrupción se vuelva tu mayor ladrón de tiempo.
Evita la multitarea: he dicho muchas veces que la multitarea no es posible dado que nuestra mente es monocanal y que su mayor costo radica en el tiempo que tarda nuestro cerebro en volverse a concentrar, una y otra vez, en las diferentes tareas que creemos estamos haciendo al tiempo, cuando en realidad estamos picando infinitas veces de aquí para allá.
Trabaja durante tu pico de energía: ser conscientes de en qué momento del día tenemos más capacidad para producir, hace que dejemos de perder el tiempo tratando de lograr cosas complejas en nuestros momentos de menor carga energética. Recuerda que para maximizar tu productividad debes enfocarte en maximizar la energía.
HAZ QUE TU TIEMPO VALGA MÁS
Ahora bien, si en lugar, o además, de reducir las horas que dedicas a trabajar, haces que tu tiempo valga más, el resultado que obtendrás será mucho mejor. Obviamente, esta opción es más válida para emprendedores e independientes, pero igualmente si eres empleado puedes optar por pedir un aumento o buscar un trabajo que tenga una mayor flexibilidad horaria o una mejor remuneración.
Sin embargo, de manera general y como principio de economía, ten en cuenta que la escasez de algo (o su sensación) genera un aumento en su valor percibido. Piensa en los productos de lujo, nunca se fabrican en grandes cantidades ni están al alcance de todos, porque de lo contrario disminuirían su valor. Haz entonces parecer que tu tiempo es escaso, midiéndolo en minutos y no en horas para que aumente su valor.
Además, aplica estas recomendaciones para que puedas lograrlo:
Aumenta tarifas: la forma más fácil y directa de hacer que tu tiempo valga más es cobrando más por lo que haces. Sí, arriésgate y aumenta un 50% o hasta duplica los precios de tus servicios. De esta manera, solo con esta acción, podrías reducir a la mitad el tiempo que trabajas sin afectar tus ingresos. Podrías además enfocarte en dar mayor valor para que los clientes que se queden contigo reciban mucho más.
Aplica la Ley de Pareto: enfócate en aquellas actividades o servicios que sean mucho más rentables para ti. Analiza cuáles son esas cosas que haces que te generan los mayores ingresos por unidad de tiempo y dedícate a ellas. Empieza a promocionarlas más, a mejorarlas y a convertirte en el mejor haciendo eso. Olvídate de aquellas otras que, aunque tengan una gran demanda, no son tan rentables por el tiempo que te consumen o las tarifas que te pagan.
Delega tareas: en cualquier trabajo hay actividades de poco o mínimo valor que debemos hacer. Muchas de estas no son ni siquiera remuneradas. Calcula entonces cuánto cuesta el tiempo que le dedicas y contrata a alguien que las haga por un menor valor. Pagarle a alguien, por hacer una tarea, un valor menor al que te ganarías haciendo una actividad productiva, es una forma efectiva de hacer que tu tiempo valga más.
Automatiza: busca mecanismos y formas para que las cosas se hagan solas. Utiliza sistemas, diseña procesos, desarrolla plantillas, crea listas de chequeo y cualquier otro tipo de mecanismo, digital o análogo que te permita hacer las tareas, especialmente las repetitivas o similares, de una manera más automática y sin tener que pensar ni dedicarle mucho tiempo a verificar que se esté haciendo bien. Así entregarás más resultados o productos en un mismo periodo de tiempo, quizás incluso, sin tu participación.
No hagas lo que no se te remunere: a veces terminamos haciendo tareas o prestando servicios que no nos generan ningún ingreso ni remuneración por parte de los clientes. Deja de hacer todas aquellas cosas por las que no te paguen o empieza a cobrar por ellas. Verás como se vuelve algo que adquiere mayor valor percibido por parte del cliente y te genera nuevos ingresos.
Pon en práctica estas recomendación para que, de una manera fácil e intuitiva, aprendas a decidir qué cosas vale la pena hacer y cuales no, con el fin de trabajar menos tiempo y ganar mucho más.
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